Ya se encuentra en Argentina el barco más grande de #Greenpeace #esperanza

El rompehielos “Esperanza” ya pasó por la costa Marplatense y recorrerá durante enero los puertos de Rosario y Buenos Aires, en donde Greenpeace está denunciando la situación forestal argentina, que se encuentra entre los 10 países del mundo que más bosques destruye.


El más grande de los tres barcos de Greenpeace, “Esperanza” luego de pasar por Mar del Plata estará llegando a Rosario y finalizará su viaje por nuestro país en la Ciudad de Buenos Aires

Buenos Aires, Dársena Norte, entrada Av. Antártida Argentina (al lado de Buquebús).

El objetivo de la visita será denunciar que Argentina se encuentra en emergencia forestal: un informe de la FAO indica que estamos entre los 10 países que más bosques destruyen en el mundo, durante los últimos 25 años se perdieron 7,6 millones de hectáreas (el tamaño de Escocia), a razón de 300.000 hectáreas por año.
Esto ocurre, entre otros motivos, porque no se cumple la Ley de Bosques sancionada en 2007; además, las asignaciones presupuestarias para proteger estos ecosistemas son, año tras año, más reducidas. Según datos de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, desde la sanción de la Ley de Bosques (noviembre de 2007) hasta fines de 2014 se desmontaron más de 2 millones de hectáreas, de las cuales 620 mil eran de bosques protegidos.


Actualmente en Argentina la deforestación ilegal no es considerada un delito penal, a diferencia de lo que sucede en varios otros países del mundo.

Los bosques nativos concentran más de la mitad de la biodiversidad terrestre del planeta y de ellos obtenemos bienes y servicios indispensables para nuestra supervivencia, como alimentos, maderas y medicinas. Las selvas y los bosques son hogar y sustento de miles de comunidades y juegan un papel fundamental en la regulación climática, el mantenimiento de las fuentes y los caudales de agua y la conservación de los suelos.

La tripulación del Esperanza está formada por activistas de diez nacionalidades diferentes, además de estar al mando del capitán argentino Daniel Rizotti, activista de Greenpeace desde hace 20 años, condenado en 2005 por protestar, con el Rainbow Warrior, otro buque de la organización, contra la guerra en Irak.

El Esperanza es el barco de las grandes batallas ambientales; la primera campaña en la que intervino fue la de Bosques, en 2002. Desde entonces, recorrió varias veces el Ártico documentando los efectos de la pesca indiscriminada, la explotación petrolera en mar abierto y los impactos del cambio climático. Dentro del Santuario Ballenero Austral, ubicado en aguas de la Antártida, el Esperanza se interpuso entre los buques japoneses y las ballenas para impedir que sean cazadas. En este momento está en Chile acompañando el reclamo por una ley que proteja a los Glaciares de la minería.

 Por: Ivana Martinez
  

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